Bowie People

sábado, 8 de octubre de 2011

Sonrientes, la gran verdad de la humanidad.

Ultimamente juego en mi cabeza a adivinar la triste vida de las demás personas; su triste romance, su sexualidad, su estúpida memoria (que a veces le juega malas pasadas). Sabéis, empecé jugando a esto cuando fuí a una urbanización de una familiar mía, llegue y ví como todo el mundo por los portales, en el parque de la propia urbanización, en la piscina, en cada rincón había una persona con una sonrisa, una sonrisa claramente para tapar sus verdades, no puedo creer que alguien sea completamente feliz, creo que es algo imposible, imposiblemente imposible. No.
Cuando estuvimos en el parque todos los padres miraban orgullosos como sus hijos heterosexuales jugaban entre ellos con coches y sus otras hijas heterosexuales jugaban con muñecas con un canon de belleza en sus frentes, frentes blancas. Y en ese momento en el que todos los padres reían hubiera deseado que todos los hijos a la vez de acerquen a cada propio padre y le diga: Mamá, soy gay. Papá, soy lesbiana. 
Hubiese pagado mi propia vida para que eso hubiera pasado, porque los ''sonrientes'' seguro que al otro día los hubieran llevado al mismo psicólogo que Victoria Beckham.
También juego a adivinar el futuro de la gente que odio con todo mi pene, pero no solo, sino con María, ella es buena en eso. Siempre coincidimos, en cierto modo es más fácil ver el futuro de las personas que la vida real detrás de una sonrisa amarga que tapa la verdad. 
María y yo nos lo pasamos muy bien hablando de el futuro de la gente.
Y hablando de gente, ¿Creéis que las personas se merecen una segunda oportunidad? Yo creo que sí, mi amiga dice que no. Que las personas no cambian, nunca, siempre son igual y en eso le llevo la razón, pero... una segunda oportunidad la merece todo el mundo, ¿No?
¡Buenas tardes y xx a todos!
Bowie.

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