Ring, ring...

El pequeño YO iba correteando por la plazoleta, solo... siempre fuí bohemio.
Pasó por lado de una vieja y sucia cabina de teléfono,
-¡Hola!-. Dijo el YO del futuro.
-Hola... ¿Quién es?-. Respondió timidamente el pasado.
-Soy tu yo del futuro.-
-¿Cómo?-. Dijo dudoso el pasado.
-Sí, sí... pero ahora no te explicaré como funciona algo tan complejo, el paso del tiempo; tengo 15 minutos para advertirte muchas cosas, pero no para salvarte de los errores que cometas con el paso del tiempo, ya que si hago eso yo ahora mismo no estaría aquí y... te diré exactamente lo que un tal Jesús (Al parecer el otro YO del futuro)...-
-Pero si tu eres el YO del futuro-. Dijo el pequeño con 5 años.
-Verás, la vida no acaba, y el tiempo tampoco, es simplemente una sucesión de continuos acontecimientos, se repiten siempre y esto lo estoy haciendo gracias a...-
-No me interesa.- Dijo el chico,
-Aunque no te lo creas eso mismo dije yo hace 10 años al chaval que me llamó aquella tarde y no estoy aquí para discutir, solo te diré dos frases, muy sencillas de aprender pero muy difícil para llevarlas a la práctica y que con el tiempo te costará menos trabajo;
La primera: SE TU MISMO, no impidas que nadie te diga quien eres.
La segunda: ÁMATE POR COMO ERES, eres único.
La tercera: CAMBIA EL MUNDO, eres capaz de hacerlo.
Por último: NO TE ARREPIENTAS DE NADA Y EL ORGULLO A TOPE!
El YO del futuro colgó y desde entonces el YO del pasado siguió su vida sin nungún tipo de reparo al hacer esos cuatro consejos realidad.