Bowie People

jueves, 22 de diciembre de 2011

Sevilla.

No hubo mucha agitación en mi masiva ausencia, en mi ansiosa agonía de vivir. Somos tan pequeños, tan... nada, no somos nada. Mirar al cielo una oscura noche y descubrir realmente quien eres, como mirarte a un espejo por primera vez, esa sensación es la que siento cada ves que miro al cielo estrellado de Sevilla.
Siempre lo mire desde abajo todo, jamás desde arriba pero ahora estoy arriba, mirando a todos, me siento Zeus en el Olimpo. La Giralda está allí, como siempre, su elegancia y su luz propia brillan como si nada hubiese a su alrededor.
Huele a jazmín y a incienso. ¿Qué más? Podría vivir aquí para el resto de mis días. Hay poco viento, roza mi pálida piel y esta se eriza con cada caricia.
No moriré sin casarme con la Giralda, seré amante de ella. Porque mi verdadero amor...
Mi verdadero amor se llama Sevilla.

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