Fingir mi éxtasis en una orgía llamada ''Glam''.

Todo lo que me enseñaron los cigarros secos y agrios de aquella señora, botellas de whisky impronunciable y baladas de los sesenta me hicieron fuerte.
El nublado y oscuro cielo de Londres me rodeaba, de alguna forma me atrapaba en una fortaleza sin salida donde yo era el rey.
Y creo que mi peor crimen es fingir en una orgía llamada ''Glam'' mi éxtasis, fingir que nada me afecta.
Ese es el peor asesino. El trauma.
Simplemente aborrezco la realidad.